Ingerir alimentos a cada momento, porque nunca se está satisfecho, puede ser responsabilidad del gen denominado FTO que inhibe la sensación de saciedad.
Hasta ahora, se asociaba este gen con la obesidad, pero se desconocía si influenciaba en la cantidad de comida ingerida o el número de calorías que se quemaban.
Científicos británicos descubrieron que el FTO actúa modificando el apetito. En un estudio participaron más de 3 mil niños entre 8 y 11 años.
Al examinar a los infantes, los investigadores tomaron en cuenta su altura, peso y cintura, y también sus hábitos alimenticios. Dicha información fue proporcionada por los padres.
Lograron demostrar que los niños con la variedad de más riesgo de este gen no se dan cuenta cuándo están llenos o satisfechos.
Mmm yo creo que tengo la variedad de mayor riesgo porque como y como y nunca me lleno je je je
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